viernes, 15 de marzo de 2013


INCENTIVOS ECONÓMICOS AL PERSONAL

“Cuando la Corporación muestra su verdadero rostro”


Según el Código de Gobierno Societario del NBERSA (algo así como la Biblia Corporativa), el punto 7.1 “Incentivos económicos al personal” define textualmente:
Los incentivos al personal son establecidos anualmente por el Directorio en base a criterios prudentes, de acuerdo a la legislación vigente, teniendo en consideración los siguientes factores:
· El resultado general obtenido por el Banco.
· La contribución de cada unidad de negocio al desempeño del Banco.
· El rol de la persona, su desempeño y el logro de los objetivos asignados a sus funciones.
Podemos analizarlo, yendo parte a parte.
“criterios prudentes” es una expresión que más bien busca un impacto literal, que suene a reflexivo, estudiado, pero llevado a la realidad nos muestra que el Directorio en su acción, expresa un CRITERIO DISCRIMINATIVO, PERVERSO, propio de MENTES ARTERAS.
“legislación vigente”; la única, y superior, es nuestra Constitución Argentina que dentro de lo normado en su Art. 14 bis estipula, en lo relacionado con las leyes que deben asegurar al trabajador, “…participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección”
Que sepamos, el Nuevo Banco de Entre Ríos S. A. JAMAS ha participado las varias veces millonarias ganancias obtenidas a sus trabajadores desde que el Grupo Eskenazi Petersen se ha hecho cargo de su gestión financiera.
Han sido ingentes dividendos que han acumulado año a año, extraídos de la ciudadanía entrerriana, cautiva comercialmente del Agente Financiero del Gobierno, y logrados con profesionalidad y esfuerzo, coeficientes NUNCA verdaderamente reconocidos de los empleados de la Entidad.
“considerar factores”; la legislación no se considera con un juicio interpretativo de acuerdo a propio interés, sino que se aplica. De los tres “factores” el último nos certifica lo que resaltamos del criterio institucional; en buen romance nos tratan de decir “el dinero es nuestro y lo pagamos si queremos, y a quienes queremos”
Lo ratifican en un párrafo más adelante del punto de marras antedicho “El monto definido para cada empleado, es acordado entre las Gerencias de Área, la Gerencia de Recursos Humanos y el Gerente General”
Un contubernio que tiene la lógica bendición corporativa, desde luego, que no nos debe sorprender compañeros.
Sí, que nos debe agilizar la mente para saber muy bien cómo debemos desempeñarnos laboralmente, de acuerdo a la consideración que tiene de nosotros esta patronal.
Sí, para desarrollar nuestras tareas de acuerdo a nuestra idoneidad, sin asumir responsabilidades superiores gratuitas, en un marco de respeto de nuestro esfuerzo productivo, ajustado a un horario de trabajo tal cual lo estipulado por la legislación vigente, y nuestro Convenio 18/75.
Porque la falta de personal es un problema de la Institución que debe resolver urgente; y no debemos permitir nos lleven a una esclavitud encubierta, con una extensión ilegal de nuestra jornada, y para ello cada cual debe realizar el trabajo asignado, y no el cúmulo de tareas de varios compañeros porque así lo quiere la Empresa.
Porque el maltrato laboral, las amenazas, la falta de respeto permanente de muchos altos funcionarios (y sus segundos y terceros), que se creen “patrones de estancia” no lo podemos permitir más; no solo como un acto de sana rebeldía, sino genuina expresión de un ser humano que tiene derechos como su dignidad, su libertad de expresarse, y demostrar sus aptitudes laborales.
Y es un no rotundo a exigencias irracionales que ponen en juego supremo a su salud psicofísica, y hasta su vida.
Porque tengamos muy en cuenta que atrás de cada uno de nosotros está una familia a la que nos debemos, con quien incumbe compartir los momentos reproductivos de nuestra vida, necesarios para que tengamos una existencia laboral sana, y que nos permita alcanzar en un futuro una pasividad meritoria.
Todos vinimos a ganarnos la vida en un trabajo, según un adagio popular, y no es justo que en él la perdamos por la conducción ejecutiva de unos empleadores que no tienen la mínima consideración por quienes le estamos permitiendo ser la relevante entidad financiera que es el NBERSA.
Por eso compañeros, como les hemos dicho siempre, no deben albergar en ustedes el sentido de la discriminación que les quieren imponer; el análisis y la expresión meditada de cada uno  debe hacerse hacia esta patronal que tiene muy en claro estimar a unos y depreciar a otros, según su morboso criterio empresarial.
Esto es traducible en un despreciable razonamiento de “divide y reinarás” que es la línea de conducta hacia el personal que tiene la Empresa.
Y que nadie se crea, de los que han recibido este “estímulo” (incluidos esos segundos y terceros), que tienen la “consideración debida” de la “alta gerencia”.
Quienes sí consideramos la unidad de los trabajadores, y el principio sagrado de la solidaridad, somos quienes los representamos como ASOCIACIÓN BANCARIA.
Somos quienes los convocamos permanentemente a estrechar filas para hacer valer nuestros derechos. Los que bregamos siempre por hacerles entender que un puñado de monedas no es la paga al esfuerzo de un año, ni de dos, ni más.
Estos cancerberos de la productividad a cualquier costo, enanos mentales que “acumulan y no reparten”, no nos deben quitar los bienes más preciados que poseemos como personas y trabajadores.
Cada quien, en su lugar de trabajo, debe establecer su puesto de lucha sin decaer jamás; si todos solidariamente comprometidos lo hacemos, ese día ha de llegar en que no exista el agravio de un “incentivo económico”, sino el justo y cabal reconocimiento que íntegramente nos merecemos.